Mazunte es uno de esos rincones del Pacífico mexicano que parecen detenidos en el tiempo. Con su vibra relajada, calles de terracería y una comunidad comprometida con la naturaleza, se ha convertido en un destino imperdible para quienes buscan una experiencia auténtica. Saber qué hacer en Mazunte no solo es cuestión de elegir entre playa o caminata: se trata de conectar con el entorno, con la gente local y con un estilo de vida más simple y natural.
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Uno de los momentos más mágicos que ofrece Mazunte es ver el atardecer desde Punta Cometa. Este punto es el extremo más al sur de Oaxaca y ofrece una vista panorámica impresionante del océano Pacífico.
La caminata hacia el mirador dura aproximadamente 20 minutos y vale totalmente la pena. Si se busca qué hacer en Mazunte que combine ejercicio suave con recompensa visual, esta es una excelente opción.
Mazunte fue, en el pasado, una comunidad pesquera que vivía en parte de la caza de tortugas marinas. Hoy, la historia ha dado un giro completo y la localidad se ha convertido en un ejemplo de conservación.
El Centro Mexicano de la Tortuga, ubicado en pleno Mazunte, es un espacio dedicado al estudio y protección de diferentes especies de tortugas marinas, terrestres y de agua dulce. Además de ser educativo, permite ver tortugas de cerca y aprender sobre su ciclo de vida.
Para quienes viajan en familia, esta visita no solo es entretenida sino también formativa. Es una parada obligada para entender la identidad ecológica de Mazunte.
Mazunte tiene varias playas, pero Playa Mermejita es una joya aparte. Con su arena oscura, aguas profundas y ambiente silencioso, es perfecta para quienes buscan desconectar del mundo. No es ideal para nadar debido al fuerte oleaje, pero sí para sentarse, leer, meditar o simplemente contemplar el mar sin distracciones.
Mazunte ha ido atrayendo a viajeros interesados en el bienestar físico y espiritual. Por eso, no sorprende que se haya desarrollado una oferta sólida de clases de yoga, talleres de meditación, masajes y terapias alternativas. Desde centros establecidos hasta sesiones al aire libre en hoteles boutique, el pueblo invita al equilibrio y la introspección.
Comer en Mazunte también es una experiencia. Desde puestos sencillos que preparan tlayudas o pescados asados al momento, hasta restaurantes más modernos con propuestas orgánicas, hay para todos los gustos. La gastronomía de Oaxaca se deja sentir con fuerza, pero también hay opciones internacionales que se adaptan al ritmo playero del lugar.
Si se busca qué hacer en Mazunte con sentido más cotidiano y sabroso, un desayuno frente al mar o una cena a la luz de las velas pueden convertirse en momentos inolvidables.
Dependiendo de la temporada, desde Mazunte se pueden organizar salidas en lancha para avistar fauna marina. Los delfines son habituales durante gran parte del año, mientras que las ballenas jorobadas visitan estas costas entre diciembre y marzo. Las excursiones suelen partir desde la vecina Playa San Agustinillo y se realizan en pequeños grupos.
Si te quieres mover cómodamente, puedes rentar un auto o incluso ver opciones de bus, tren o ferry.
Mazunte es ese tipo de lugar que muchos viajeros descubren por curiosidad y terminan amando por su esencia. Decidir qué hacer en Mazunte no se trata de llenar una lista de atractivos, sino de abrirse a un ritmo distinto, más en sintonía con la naturaleza y con uno mismo.