¿Has oído hablar de “la nueva Grecia”? Si estás planeando un viaje a Europa y quieres conocer un destino nuevo, huyendo de los lugares más turísticos, y además, ahorrar en tu viaje, tenemos el lugar perfecto para recomendarte: Albania.
Por su cultura, sus playas, su gente y por supuesto, sus precios, Albania se ha convertido en la última tendencia europea y acá te contamos todo lo que tienes que saber.
Albania limita con Montenegro y Grecia y luce la imponente cordillera de Alpes Dináricos desde su costa salvaje de más de 300 km sobre los mares Adriático y Jónico.
Fue comunista hasta 1992 y actualmente su religión mayoritaria es el Islam. El turismo en Albania está creciendo año a año, representando actualmente el 30% de su PBI.
Como todo destino aún no tan explotado turísticamente, sus playas son más vírgenes. Además, dato no menor, ¡se come muy bien y realmente barato!, aún en estos tiempos.
Su capital es Tirana y su moneda es el Lek albanés, que en este momento está a 116 Leks - 1 euro. Es importante ir con bastante efectivo, ya que en muchas zonas no aceptan tarjeta.
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Como no hay vuelos directos de México a Albania, lo ideal es volar primero a alguno de los destinos más populares de Europa y con mayores conexiones desde Sudamérica, como Madrid, Londres o Roma; y luego conectar con otro vuelo interno, bus o tren a Tirana.
Para recorrer Albania, lo ideal es alquilar un auto, ya que el transporte público no está muy desarrollado.
Aprovecha a buscar vuelos a Europa.
La gastronomía albanesa combina condimentos e ingredientes mediterráneos con balcánicos.
Su especialidad es la carne de cordero, en múltiples versiones. El Tavë Kosi, es una de sus recetas emblemáticas que lleva cordero, arroz, huevos y yogur.
También son muy populares los Byrek, unos pastelitos empanados con yogur.
Otro plato imperdible es la Musaka, que si bien es el plato griego por excelencia, se come en todos los Balcanes, y en Albania lo ofrecen por todas partes, con berenjenas, carne, salsa bechamel y cubierto con papas.
En la costa, se destacan los mariscos y pescados.
Un buen plato en un restaurante cuesta entre unos 6 y 10 euros, a diferencia de 12 a 20 euros en ciudades como Barcelona o París; y una cerveza 1,50 euros (vs. 3 a 6 euros en otros destinos).
En cuanto a las bebidas, los vinos son muy buenos y también es muy popular el Raki, licor que comparten con los turcos.
Tirana es la capital de Albania y si bien no es tan pintoresca, tiene algunos edificios de la era otomana, y otras de la fascista y soviética interesantes para visitar.
Otros lugares icónicos para conocer son la mezquita Xhamia e Namasgjase o el Museo Nacional, que alberga interesantes exposiciones.
Para conocer un lugar diferente, Bunk Art, ubicado en el centro, es una iniciativa artística que convirtió refugios anti bombas subterráneos de la época comunista en museos.
En cuanto a la gastronomía y vida nocturna, no se pueden perder el bullicioso barrio Blloku, con infinidad de cafeterías y restaurantes con terrazas para deleitarse con su gastronomía o tomar trago.
Al norte de Tirana, está Theth, el pueblo de montaña más célebre del país y un refugio, hace siglos, para los albaneses católicos.
Si van en auto, ¡cuidado que la ruta es en zig zag!, así que manejen con cuidado.
Desde Theth empieza la famosa caminata hasta el Ojo Azul o “Syri i Kaltër” en albanés. Es una caminata de una hora en pendiente, que llega hasta la cascada de Grunas, de agua cristalina.
Este salto de treinta metros de altura, fue declarado Monumento Nacional. Debe su nombre al color azul del agua que contrasta con el verde del frondoso bosque que lo rodea.
Se desconoce la profundidad del manantial, ya que solamente se ha logrado bucear hasta unos 50 metros. Actualmente no se permite meterse.
Tip: asegúrense de llegar temprano a la mañana, ya que se ha convertido en un lugar popular y se llena de turistas.
Y ahora sí, lo mejor de todo: las paradisíacas playas albanesas, que nada tienen que envidiarle a las de Croacia o Grecia.
La franja costera de la riviera albanesa se extiende desde Dhermi hasta Lukove a lo largo de más de 40 km de playas de cristalinas aguas del mar Jónico.
Dhërmi es uno de los puntos más pintorescos. Dentro de su casco histórico, el monasterio Manastiri i Shën Marisë, que data del 1600, es una de sus joyitas.
Desde el centro de Dhërmi, se puede llegar a las playas de Palasa y Dhërmiu en unos 10 minutos en auto.
A Gjipe Beach, su gran joya de aguas turquesas, solo se puede llegar a pie desde el camping en unos 30-40 minutos caminando.
También hay otras playas igual de increíbles, como Filikuri y Kroreza, a las que sólo se puede acceder en botes o lanchas que se alquilan en las peatonales de Sarande o de Ksamil.
Si quieren conocer el verdadero caribe albanés, el lugar es Ksamil, una península que se abre al sur de Albania, como parte del Parque Nacional Butrint. Lo único a tener en cuenta es que al ser las más populares, sus playas suelen estar bastante pobladas.
Si quieren conocer una playa griega, a solo media hora en ferry desde Sarande, se llega a Corfú.
A unos 5 km de Ksamil, se encuentra el yacimiento de Butrinto, una joya que combina arqueología, historia y naturaleza.
En medio de un hermoso paraje se encuentra un yacimiento en excelente estado de conservación, que además es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Fue una ciudad poblada por griegos y romanos e incluso aparece nombrada en la Eneida de Virgilio.
Solamente se han descubierto aproximadamente el 20% del yacimiento pero atesora construcciones impresionantes como el teatro, el baptisterio y otros edificios de gran valor.
Como plan bien diferente, lejos del bullicio de la costa albanesa, se encuentra el pequeño paraíso de las termas naturales de Llixhat e Benjes.
Esta zona aún poco explotada es famosa por las aguas termales que emanan de las grandes rocas por donde fluye el río Langarica, un afluente del Vjosa.
El agua tiene una temperatura media de 28º C. Además, es rica en sulfuro y otros minerales beneficiosos para tratar enfermedades de la piel, huesos y estómago.
Este es uno de los destinos favoritos de los albaneses, con lo cual se suele llenar de locales. Pero alejándote de la piscina principal, podés encontrar otra más solitaria donde relajarte y disfrutar de la tranquilidad.