Cuando un avión sufre turbulencias, se mueve de forma brusca, ¡y los que van dentro, también!
Una turbulencia genera cierto temor. No obstante, hay que estar tranquilos, los aviones están diseñados para soportarlas y los pilotos preparados para hacerles frente.
¿Y tú? ¿Estás preparado para sobrellevar turbulencias en un vuelo? Si no es así, toma nota de los siguientes consejos.
Para poder super el miedo a las turbulencias, lo primero que deben saber es que son las turbulencias y porque se producen. Además, saber identificar los diferentes tipos de turbulencias que existen, de esta manera podrán entender mejor a lo que se están enfrentando.
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Un avión sufre turbulencias cuando se mueve de forma brusca y empieza a sacudirse de forma intempestiva , estos movimientos pueden ser causados por cambios en la velocidad de vuelo, por la dirección de las corrientes de aire y por distintas situaciones meteorológicas.
La causa más común son las formaciones de nubes (en términos más exactos: las nubes de desarrollo vertical), las tormentas y las corrientes de aire en cadenas montañosas o en zonas de corrientes. La cizalladura es otro de los fenómenos meteorológicos que pueden afectar al vuelo y se trata de una variación bastante brusca de la intensidad y dirección del viento.
Otro tipo de contratiempo que se puede experimentar durante el vuelo son las turbulencias generadas directamente por el propio avión. Ocurren cuando grandes masas de aire chocan contra los extremos de las alas del avión. En todos los casos, los pilotos realizan ensayos y simulaciones para controlar cualquier situación que se presente.
En vuelos nocturnos o vuelos a primera hora de la mañana es raro que se den turbulencias ya que a esas horas del día las corrientes de aire son más suaves. En cambio si vuelan durante el día puede ser que sintamos movimiento durante el trayecto.
Suelen darse en alturas bajas que son propias de viajes de corta duración pero algunos vuelos de largo recorrido no quedan exentos. Hay probabilidades de turbulencias si el avión sobrevuela India u Oriente Medio.
Las turbulencias no suponen un gran problema a nivel seguridad del avión. Pero como ocurre siempre ante lo desconocido, es normal que los pasajeros puedan llegar a asustarse e incluso sufrir mareos.
Hay que tener en cuenta que los aviones están diseñados para soportar hasta las turbulencias más agresivas. Los pilotos, además de estar perfectamente preparados para hacer frente a estas adversidades, tienen trucos para enfrentarse a las turbulencias. Reducir la velocidad y cambiar de altitud son algunos de ellos.
Aunque no tienen una exactitud total porque la naturaleza es impredecible y la meteorología puede variar de un momento a otro, existen pronósticos y sensores instalados en algunas cabinas que sirven para detectar las turbulencias y su intensidad.
Lo ideal para no sentir las turbulencias es evitar sentarse en los últimos asientos del avión. Las ubicaciones que están en el centro de gravedad del avión y en las alas perciben menos estas alteraciones, en cambio las posiciones que se encuentran en la cola del avión son los que más las notan. Hay que tener en cuenta también, que cuanto más grande sea el avión y el asiento, menos notaremos las turbulencias.
Si a pesar de estas recomendaciones, el pasajero viaja en los últimos asientos, lo mejor es aceptarlas como algo natural y seguir las instrucciones de los tripulantes de cabina, que son quienes mejor saben qué hacer en esos casos. Según sean turbulencias leves, moderadas o más severas, los asistentes de vuelo aplicarán el procedimiento adecuado y siempre bajo las órdenes e información del comandante.
La ventana, en muchos casos, hace sentir más seguros a los pasajeros por la posibilidad de saber qué pasa afuera, y comprobar que no se trata de un fenómeno meteorológico severo. Por eso, es importante elegir bien el asiento en el que vas a sentarte. Si uno tiene miedo a volar hay que evitar las salidas de emergencia ya que frente a una situación difícil la ansiedad puede hacer que se termine interrumpiendo una posible evacuación.
En el momento que empiezan los movimientos bruscos, la tripulación va a informar a los pasajeros qué tipo de turbulencia es y se procederá a encender las luces que indican que hay que abrocharse los cinturones.
Como pasajero, solo tendrás que seguir esta indicación y mantener la calma, ya que, es una situación habitual que puede ocurrir en casi todos los vuelos. La tripulación también indicará a los pasajeros que deben permanecer sentados en sus asientos, con sus mesitas plegadas y los reposabrazos bajados. Aquellos que vuelen con sus bebés de 0 a 2 años deben colocarle el cinturón especial para los niños(el denominado canguro).
Levantarse a caminar por los pasillos del avión es recomendable para mejorar la circulación sanguínea de las piernas, pero caminar también puede causar mareos en algunos pasajeros.
Si se va a realizar un viaje de corto es útil ir al baño antes de que el avión despegue y de esta forma no tener que levantarse durante el vuelo. Así se evitan mareos en caso de ligeros movimientos, y lo que es más importante se evita quedar atrapado en el baño durante una turbulencia.
Los movimientos bruscos del avión pueden causar mareos y lanzar los objetos que no estén asegurados. Al entrar en un tramo de turbulencias es obligatorio poner el cinturón y así evitar golpes, caídas y mareos.
También hay que guardar los objetos personales para que no salgan disparados si los movimientos del avión son muy intempestivos.